En este artículo abordaremos cómo el EMDR nos ayuda en el tratamiento de la ansiedad y la autoestima. Explicaremos, principalmente, qué problemas debe enfocar el profesional en las primeras fases de los protocolos EMDR.
Ansiedad y autoestima, un problema combinado
En los trastornos de ansiedad aparecen también problemas de autoestima, asociados a cogniciones negativas. Esto trastornos han sido adquiridos en algún momento de vulnerabilidad, o derivados de los problemas que suponen la muestra social de los síntomas ansiosos. Creando un cuadro complejo donde intervienen múltiples aspectos.
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Tratamiento de la ansiedad. La psicoterapia EMDR
Para poner solución a la de ansiedad, las fobias, los ataques de pánico o la agorafobia, se emplean protocolos de EMDR. A través de ellos se trabajan recuerdos claves del pasado del sujeto, los eventos precipitantes del presente y posibles conductas futuras susceptibles de ser problemáticas. Es Andrew M. Leeds quién también avala el EMDR como enfoque posible para el tratamiento de este tipo de trastornos:
“Golstein y Feske concluyeron que sus resultados sugieren que EMDR podría ser un potente tratamiento para el trastorno de pánico” (A, Leeds, 2011).
Con EMDR no sólo se modulan los aprendizajes, sino también el cuerpo y las sensaciones somáticas muy importantes en los trastornos de ansiedad.
La ansiedad tiene tres componentes fundamentales:
- El cognitivo los pensamientos,
- El fisiológico la respuesta somática,
- El conductual el comportamiento.
Estos tres niveles están incluidos en esos protocolos de EMDR, de aquí viene el éxito de este tipo de tratamiento. Esta segmentación permite que las terapias sean más breves y rápidas potenciando la rápida recuperación y la optimización de recursos por parte del paciente.
Liberarse de la ansiedad
La ansiedad es un trastorno que cada vez se presenta más temprano, puede aparecer en la infancia, en la adolescencia, o en la edad adulta.
Hay personas que llevan tantos años con el trastorno, que piensan que sus características forman parte de ellos mismos de su personalidad. Además, estas personas se definen a sí mismos a través de las características de este trastorno. Originando una distorsión de su propio perfil.
Cuando empiezan un tratamiento psicológico es cuando se dan cuenta de que el trastorno condiciona totalmente sus vidas. También descubren qué es lo que ha originado ese comportamiento. La clave se encuentra en el pasado, por eso se necesita tiempo para explorar en la relación con sus padres, en su infancia, en la adolescencia, que ocurrió en la escuela… también hay que saber qué lo provocó por primera vez. A esto último lo llamamos el factor precipitante: por ejemplo, el duelo de uno de los padres. Las personas afectadas por estos síntomas, piensan que es la causa, cuando realmente es más complicado. Como siempre en psicología, no hay una sola causa. Si volvemos, otra vez, al ejemplo del duelo, cuando exploramos la relación con el fallecido, subyace muchas veces un problema de apego que es una de las causas del trastorno.
Todo lo que se explora forma parte de la fase inicial del protocolo estándar de la psicoterapia EMDR, aquí se contextualiza el caso y es de dónde se partirá para encontrar los recuerdos diana o clave que se van a reprocesar en la fase cuatro del mismo protocolo.
Bibliografía:
Andrew M. Leeds. Guía de protocolos estándar de EMDR. Bilbao, 2011.
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