En este artículo expondremos cómo las terapias EMDR pueden ayudar a pacientes con TDAH.
TDAH, cada vez más diagnosticado
Es cierto que actualmente, lo que conocemos como: Trastorno de Déficit por Atención con Hiperactividad (TDAH) implica un amplio abanico de casos. Los últimos años, se ha diagnosticado en muchos niños y se les proporciona tratamiento farmacológico. Pero el tratamiento farmacológico no es tratamiento exclusivo para solventar este tipo de casos. Las terapias EMDR se pueden aplicar en los casos de TDAH.
Es cierto que hay un porcentaje de niños y adolescentes —e incluso adultos—, que se pueden encuadrar bajo características y dificultades comunes. Estos casos requieren ayuda psicológica de profesionales y, en algunos casos, también requieren tratamiento farmacológico. Pero bajo mi punto de vista, no podemos estigmatizar esta población. Y debemos ayudar tanto a los pacientes como a las familias a mejorar su día a día.
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EMDR combinado con otras prácticas clínicas y sanitarias
La psicoterapia EMDR, desensibilización de traumas por movimientos oculares, se puede aplicar también con niños. En concreto existen logros con la aplicación de EMDR con niños que presentan TDAH. Casos como los que nos describe Cristina Cortés en su libro Mírame, siénteme. Estrategias de reparación del apego en niños mediante EMDR.
Para el tratamiento de TDAH se puede combinar EMDR con protocolos del tratamiento del paradigma cognitivo-conductual. Esta combinación de prácticas, nos permitirá un mejor enfoque en el diagnóstico. Con el objetivo de establecer pautas terapéuticas enfocadas a resultados de éxito. La experiencia de los profesionales y los estudios sobre TDAH demuestran que la combinación del tratamiento farmacológico, psicoterapia y psicopedagogía en casa y en la escuela, son los componentes perfectos para normalizar la vida de estas personas.
EMDR para mejorar la autoestima
Existen protocolos para la modificación de conductas no deseadas y el refuerzo de las deseadas. Con ello, conseguimos aumentar la motivación de logro el rendimiento escolar, la mejora de la vida familiar y laboral de éste colectivo. Si además, sumamos a éstos protocolos el enfoque terapéutico que nos da el EMDR, podemos trabajar cogniciones negativas que lleva consigo el TDHA. Reacciones como: “no soy válido” o “no soy querido” o “no soy capaz”, aprendidas en el día a día de estas personas en los conflictos familiares y escolares, debido a su comportamiento “demasiado activo” o “de no mostrar atención”.
Gracias al EMDR, por tanto, mejoraremos la autoestima de estas personas. Puesto que conseguimos modificar las cogniciones negativas aprendidas en esos conflictos.
Bibligrafía:
Mímame, siénteme. Estrategias para la reparación del apego en niños mediante EMDR. Cristina Cortés. 2ª Edición ( 2017)
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